River, en la presentación de un libro de Di Stéfano Las autoridades del Museo River estuvieron presentes en el evento que se realizó este 25 de abril en la ciudad de Málaga, España.

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El libro se llama “Saeta Rubia. El River Plate de Alfredo Di Stéfano” y fue escrito por José Ariza Gálvez. Además, la obra cuenta con el prólogo de Rodolfo D'Onofrio (Presidente de River) y epílogo de Rodrigo Daskal (Presidente del Museo River).

Al evento concurrieron más de 200 personas y en representación del Museo River estuvieron Daskal y Patricio Nogueira (Vicepresidente del Museo River), quienes brindaron unas palabras y le hicieron entrega al autor de una camiseta del Club autografiada por el plantel profesional.

También asistieron los exjugadores Darío Silva y Adolfo Aldana y miembros de la filial de Málaga de River.

Por otra parte, Daskal y Nogueira realizaron visitas protocolares a los museos del FC Barcelona, RCD Espanyol, Málaga CF y Atlético de Madrid, con el fin de seguir intercambiando experiencias en las áreas de historia y museo.

Prólogo del libro, por Rodolfo D'Onofrio
Cuando leía algunos párrafos de este libro escrito por José Antonio Ariza, inevitablemente me venía a la mente la frase que allí por el año 2013 tomamos como lema, y que antepusimos a cualquier otra cuestión: River vuelve a ser River. Esta consigna está emparentada con la más pura tradición de nuestra institución, y esta biografía de Alfredo Di Stefano la representa en forma amplia y coherente, hilando como expresa el himno de nuestro club, “el glorioso pasado y el brillante porvenir”. Alfredo hereda del padre, exjugador de nuestro club, la pasión por el fútbol que se transforma así en un asunto de linaje. De la misma forma en que muchos de nosotros como amantes del buen fútbol, que siempre trata de mostrar nuestra divisa, inculcamos ese amor a nuestros hijos e hijas.
Nuestro antiguo arquero Alejandro Juan Luraschi, campeón del ascenso a primera división del año 1908 y amigo de la familia Di Stefano, acompaña a Alfredo en su ingreso a las inferiores del club, como una forma de volver a vivir los momentos de gloria conquistados con nuestros colores. Uno de sus primeros apodos, Minellita, también nos muestra la necesidad de reflejarse en nuestros antecedentes gloriosos, al recordar aquel medio centro, José María Minella, que tantos logros aportara a nuestra historia. Cuando se le pregunta por sus ídolos y educadores, rememora a La Máquina: Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Amadeo Labruna y Félix Loustau, y agrega a sus mentores, Carlos Peucelle y Renato Cesarini. La consigna de River es respetar su historia, aprender de ella, y repetir y aún mejorar, sus momentos de glorias.
River Plate es también una forma de sentir el fútbol, que es también la de don Alfredo: eficacia acompañada de belleza. Así, son antológicas las veces que se le veía colaborando con el equipo, ya sea en el mediocampo o la defensa, en épocas en que los roles parecían ser muchos más estáticos que ahora. Y River es también una institución que actúa solidariamente con el necesitado, en todas las geografías. Como aquella vez que en 1949, con la Tragedia de Superga, cuando hizo que se dejara todo en aras de hacer llegar nuestro abrazo a los familiares de los deportistas desaparecidos en tan trágico accidente, y en la que don Alfredo fue una de las figuras relevantes como parte de la delegación que viajó a Italia.
No parece ser entonces casual que esa forma de desempeñarse en la cancha, no sea producto de las vivencias recibidas en el club a través de su paso por el mismo. Ese sentimiento de poner el equipo por encima de las individualidades y del propio ego lo convirtió en uno de los más grandes de la historia del fútbol. La grandeza de Alfredo Di Stefano es también un reflejo de la de River, pues su estirpe como jugador se enraizó y tomó dimensión en River Plate, algo de lo que todos los riverplatenses estaremos orgullosos por siempre. Y, en este libro que Ariza nos presenta, podemos descubrirlo con profundidad y respeto.