Fundación River en Mendoza: "Nos hacen sentir como en casa", dijo Leo Ponzio

  • Compartir

River llegó a Mendoza y Fundación River Plate estuvo presente con una nueva edición de Sin Fronteras a la que asistieron más de 400 niñas y niños de la ciudad de Maipú.

Este programa, que trabaja en conjunto con filiales y organizaciones sociales, tiene como objetivo dejar una marca de solidaridad y de compromiso con la sociedad en los distintos destinos del interior y exterior del País, en los que se presente el plantel de fútbol profesional del Club Atlético River Plate.

En esta oportunidad, estuvieron presentes Leonardo Ponzio, secretario técnico; los directivos de River Eduardo Barrionuevo e Ignacio Amui; Clara D'Onofrio, presidente de Fundación River Plate, y representantes la filial de Mendoza para llevar donaciones a dos clubes: Pink F.C. y Club Social y Deportivo Barrancas.

En el marco del encuentro, Leo Ponzio dijo: “Acá en Mendoza nos hacen sentir como en casa. Hoy justamente es un día especial porque es el día del amigo y River siempre es nuestro gran amigo. Gracias por estar hoy acá presentes”.

Por su parte, Clara D'Onofrio sostuvo: “La alegría es nuestra de siempre conocer lugares que trabajan desde el deporte para formar a chicos y chicas. Ellos son los verdaderos protagonistas, son el futuro. Desde River hoy nos acercamos con materiales, pero seguimos buscando la manera de fortalecerlos y acompañarlos en este fin de educar a los ciudadanos del mañana”.

En esta oportunidad se acompañó a dos organizaciones que trabajan con el fútbol como para un espacio de contención y de promoción de derechos.

Pink comenzó a trabajar con fútbol femenino cuando no era una disciplina con muchas opciones en la región. Hoy ya son más de 300 mujeres y 50 hombres que practican en dicho club. Por su parte Barrancas nació como una refundación, con el fin de brindar un lugar para que los niños y adultos puedan practicar deportes o tengan vida social. La iniciativa dió resultado positivo, no solo llegaron a las puertas del mismo chicos de la zona sino también de los lugares aledaños. Al ser una zona de olivos y la mayoría de los que asisten son trabajadores o hijos de trabajadores de aceiteras, tomaron la camiseta verde como marca de identidad.

“Trabajamos mucho para que esto siga para adelante. Se complica y mucho por qué es difícil por la situación económica que estamos atravesando, pero gracias a Dios hemos logrado seguir fomentando el fútbol como educación y método de escape de muchas cosas que hoy en día dañan a la sociedad, a lo que sumamos que cada vez que nuestra categorías juegan de local tenemos que alquilar un predio y solventamos el mismo vendiendo cosas dulces, comidas, hacemos rifas o bingos”, contó Franco Lisardo, presidente del club.