Santiago Lencina, volante de la Sexta División: "Quiero estar preparado para lo que viene" El futbolista nos compartió su balance del año y cuáles son sus expectativas en lo futbolístico y personal para el año entrante.

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Por: Rubén Sagarzazu


Hace 4 años dejó Corzuela, su ciudad natal en el Chaco y vino a River en busca de su sueño, llegar a jugar en la Primera División. Su recorrido ha sido muy prometedor: se consagró campeón en Novena División al año de haber llegado. Fue progresando futbolísticamente y creciendo como persona. Hoy, a los 17 años, encara una parte fundamental de su carrera, como él lo piensa y siente: sin presionarse, porque todo llega a su tiempo.

Se encuentra terminando el campeonato de Sexta División pero mientras tanto, Santiago Lencina, volante ofensivo de la sexta categoría, realizó un balance personal sobre su rendimiento: "Ha sido un buen año para mí. Jugué todos los partidos como titular y sumé una gran experiencia en el Torneo que jugamos en Dallas, Estados Unidos. Ahí quedamos afuera en semifinales, dónde el equipo jugó a gran nivel y en lo personal, creo que hice un gran campeonato".

-¿Cómo fue el cambio de séptima a sexta división?

-El cambio se notó bastante, se juega a otra velocidad y el ritmo es mucho más intenso. Adaptado a eso, individualmente, intenté potenciar mi juego, principalmente en mejorar los controles, manejar los perfiles y tomar decisiones rápidas porque no tenés tanto tiempo para resolver. Cosas que van a ser importantes si tengo la oportunidad de llegar a Reserva. Debo estar preparado por si me toca ese momento.

-¿Qué cosas vas agregando a tu juego?

-Estoy mejorando la técnica, tengo más dinámica para poder llegar al área y poder presionar a la hora de recuperar la pelota. Y agregarle más gol a mi juego para ser un volante completo como exige River.

-¿Qué cosas te dejó el Torneo de Dallas desde lo futbolístico?

-La verdad que el torneo de Estados Unidos fue una experiencia muy linda. Lo que más noté en los partidos y precisamente en el que jugamos contra el Manchester United y los demás equipos fue el tema físico. Ellos nos superaban bastante físicamente, pero creo que nosotros hacíamos la diferencia desde lo técnico. Jugando por abajo y con lo que nos caracteriza a los argentinos: ir siempre para adelante, ser protagonistas para ganar el partido, con actitud y temperamento. Yo creo que en ese sentido ellos son más tranquilos en el trámite del partido.

- ¿Y desde lo personal?

-Estoy en una etapa de mi vida dónde además de formarme como jugador, estoy creciendo como persona. Y de este viaje me llamó la atención, la amabilidad y el cariño de la gente. La ciudad contagiaba felicidad y alegría. Esta experiencia también me abrió la mente para estar preparado para todo lo que me toque enfrentar.

-Está muy cerca qué puedas pegar el salto a Reserva ¿Cómo lo vivís?

-Estoy bastante tranquilo y ansioso a la vez, porque siempre están las ganas y la ilusión de subir a Reserva. Pero lo llevo con calma, creo que tengo que hacer bien las cosas en mi categoría y estar preparado para lo que venga. Después las cosas van a llegar solas, cuando Dios decida. Siempre hablo con los chicos que están en Reserva, me cuentan de las experiencias y las exigencias que implica jugar ahí. Me dicen que cambia mucho el ritmo, la velocidad y la exigencia física y que la diferencia se nota más cuándo hacen fútbol con la Primera.

-¿La personalidad juega en esta etapa un papel fundamental?

-Creo que adentro de la cancha cada jugador tiene una personalidad diferente y su propio carácter. Mi personalidad es la de no hablar ni gritar mucho sino, de pedir siempre la pelota, hacer jugar a mis compañeros y aparecer en los momentos que el equipo más me necesita. Eso es lo que te exige River.

-¿Cómo tomaste la salida de Gallardo qué genero una marcada empatía con todos ustedes?

-Es así. Gallardo dejó en River un sentido de pertenencia y potenció los valores de la familia. Y todo lo que hizo por el club, cómo técnico y jugador. Bajó la misma idea e identidad de juego desde la Primera hasta infantiles. Que hay que formarse como personas, además de jugadores.